Las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes) se han convertido en un soporte de la economía dominicana, generando empleos y oportunidades a los emprendedores y a quienes los acompañan durante un trayecto que puede resultar complejo, a partir de los retos que se presentan en cada etapa del desarrollo de ese tipo de iniciativa, que son un ejemplo de resiliencia, innovación y creatividad.

Al conmemorarse este jueves 27 de junio el Día de las Microempresas y de las Pequeñas y Medianas Empresas y al tomar como referencia los resultados de la Encuesta Nacional de las Mipymes 2022-2023, presentados por el Banco Central de la República Dominicana, nos proponemos realizar algunas reflexiones sobre el tema.

En tal sentido, el informe previamente citado aportó datos interesantes, que envían un mensaje claro de las debilidades que aún persisten, que impiden un crecimiento integral de los sectores involucrados en las Mipymes.

La informalidad, que es de 85.2 %, es uno de los mayores problemas de un sector que representa el 32 % del valor agregado del Producto Interno Bruto (PIB). El levantamiento determinó que solo un 14.8 % de los establecimientos Mipymes están dentro de la formalidad, por lo que es muy reducida la cantidad de colaboradores, de un total de 3,052,449, que cuentan con el acceso garantizado a la seguridad social y a los beneficios que esta representa.

La situación está relacionada con otros obstáculos que enfrentan las Mipymes, citándose los primeros 3 que fueron identificados en el levantamiento: pago de impuestos a la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) 20.8 %; conexión del servicio eléctrico 15.6 %; y procedimientos de vinculación, desvinculación y pagos a la Tesorería de la Seguridad Social (TSS).

Las dificultades para el acceso al crédito han sido una queja constante y se deben a la alta tasa de interés de las entidades bancarias, pero también al obstáculo que representa la misma situación de informalidad de estas iniciativas de emprendimiento, que además requieren asistencia técnica y orientaciones sobre educación financiera.

De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), “Para 2030 se necesitarán 600 millones de empleos para absorber la creciente fuerza laboral mundial, lo que hace que el desarrollo de las pymes sea una alta prioridad para muchos gobiernos de todo el mundo”.

En concordancia, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), ha identificado que la informalidad y otras debilidades ya mencionadas, son problemas compartidos por los países de la región. La entidad hace aportes formativos en línea, gratuitos y de corta duración, orientados en dar a conocer las tecnologías digitales que pueden adoptar las Mipymes, de cara a la exportación y al comercio transfronterizo, entre otros temas relacionados.

Desde nuestra perspectiva, los retos son los siguientes: mejorar la comunicación y vías de entendimiento con el sector de las Mipymes, para darles a conocer informaciones importantes sobre los canales y mecanismos que tienen a su disposición, como la Ventanilla Única; el Centro de Asistencia al Contribuyente de la DGII, que tiene un servicio de orientación enfocado en este sector; y los incentivos disponibles, a la vez que se deben crear las condiciones jurídicas para que el sistema tributario sea más justo y equilibrado.

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